El 11 de junio fuimos a visitar la Iglesia vieja. Hacía mucho calor y nos cansamos un poco, sobre todo a la vuelta.
Cuando nos dijeron que íbamos a ir a la iglesia no nos dio tanta alegría como cuando íbamos a otros lugares. Nos parecía un sitio aburrido; pero descubrimos que se pueden hacer cosas muy interesantes.
Empezamos por saber que la iglesia tiene más de ochocientos años y que el pueblo, al principio, estaba formado por unas pocas calles que rodeaban la iglesia. La mandaron construir, los Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén, cuando el rey de Navarra les dio Cabanillas para ellos. Estos Caballeros llevaban una cruz de ocho puntas en su traje, que está en el escudo de Cabanillas.
Fue muy divertido buscar tres relojes de sol en la fachada y marcas diferentes que hacían los canteros que preparaban las piedras. Encontramos adornos geométricos y vegetales que había en diferentes lugares. También aprendimos que los arcos de la puerta son semicirculares porque son como medio círculo.
La mayoría habíamos estado por allí pero nunca nos habíamos fijado en tantas cosas. ¡Fue superemocionante!